Llamamos preadolescencia a la etapa anterior a la adolescencia. Aunque no existe una edad de inicio fija, por lo general comienza a entre los 11 y 13 años, en algunos casos se adelanta a los 8 o 9 años (sobre todo en niñas) y finaliza con la pubertad.
Se trata de un periodo en el que lo cambios físicos son muy pocos perceptibles desde el exterior, aunque ya comienza a experimentar cambios hormonales y biológicos internos. Esto, es quizás lo que más desconcierta a los adultos porque vemos físicamente a niños/as cuya conducta comienza a cambiar.

CAMBIOSESPERABLES QUE NO DEBEN ASUSTARNOS:
Segundo proceso de individuación: Comienza una mayor separación de los padres a través de intentos de rebeldía, los niños comienzan a utilizar el “no” con sus padres al igual que lo hacían con tres o cuatro años, discutir aquello que se le dice, a imponer sus propias decisiones. Una frase típica es “esto no es justo”.
Su grupo de iguales comienza adquirir una gran importancia para construir sus pensamientos, adoptan actitudes, jergas propias del grupo y muy diferenciadas de los padres.
Aparecen la necesidad de mayor intimidad. Comienzan a pasar más tiempo en su cuarto, conducta que asusta mucho a los padres quien ven como sus hijos se aíslan. En realidad este comportamiento no debería preocupar en exceso puesto es lo que deben hacer en este momento para construir su propia identidad.
Labilidad emocional, es decir, la fluctuación de un estado de alegría a una profunda tristeza suele ser muy característica de esta etapa.
Exigencia de mayor autonomía (realizar algunas cosas sin ayuda, incluso quedarse en casa solos).
Aparecen nuevos miedos, como miedo a hacer el ridículo o el aumento del sentido de pudor y la vergüenza ante su propio cuerpo. Es una etapa en la que experimenta un gran caos internos muchos cambios que deben asimilar y que les crea una enorme inseguridad que perdurara incluso en la adolescencia.
Etapa de progresiones y regresiones. Algo que llama mucho la atención a los padres a esta edad es que de repente su hijo presenta planteamientos muy adultos y a ratos vuelven a un pensamiento más infantil y fantasioso. Es normal, su pensamiento hasta ahora “mágico” está evolucionando a un pensamiento más “abstracto”, esta progresión no es lineal.
CONSEJOS PARA LIDIAR CON UN PREADOLESCENTE
1. No tomarse la cosas como algo personal. Recordar que sus actos de rebeldía, sus contestaciones aunque puedan llegar a crispar son normal y habituales en esta etapa por tanto hay mantener la calma y no perder los nervios.
2. Aceptar que es imposible evitarle cierto grado de sufrimiento. Como hemos mencionado anteriormente, el preadolescente sufre un periodo de crisis importante, se sentirá por momentos feliz, otras veces triste, frustrado…todo ello forma parte del proceso. Lo importante es que los padres sean pacientes y comprensibles con ellos, manteniéndose a una cierta distancia pero siempre accesible para dialogar cuando el niño/a lo necesite.
3. Periodo crítico para forjar una buena comunicación con vuestro hijo. En esta etapa es crucial crear un vínculo sano con él ya que en la adolescencia será mucho más difícil. Es muy importante hablar de cómo se siente sin infravalorar su situación, tomar en cuenta sus opiniones aunque no se esté de acuerdo o parezcan una locura, sin juzgar. De este modo, se sentirá mucho más cómodo a la hora de compartir sus cosas.
4. Ante alguna petición no comenzar con un “NO”, es mejor conversar sobre las causa por las que consideráis que no es el momento, que él/ella os explique sus razones.Mediante el dialogo con otros es como se comenzara a internalizar un dialogo consigo mismo.
5. No exigirle demasiado. Es muy habitual que se le exija más madurez del que realmente tiene porque, a veces, da la impresión de que son mayores. Por ejemplo, querer que realicen las tareas que tiene asignadas con más ganas sin esperar ninguna recompensa a cambio. Sin embargo, aún son pequeños. Al comienzo de la preadolescencia es normal que hagan las cosas que no le gustan solo porque luego recibirá una recompensa. No hay que preocuparse. Si los adultos que conviven con él son un buen ejemplo, más adelante aprenderán que las cosas se hacen porque uno quiere hacerlas bien y nada más.
6. Respetar su espacio. Durante esta etapa es habitual que necesiten su espacio de privacidad. Es recomendable respetar su espacio o habitación, sus objetos y sus cosas que para él son importantes.
7. Anticipar consecuencias. Este consejo debe aplicarse en todas las edades pero en esta etapa adquiere mayor importancia. Dejar normas las claras y las consecuencias que se aplicara en el caso de que no se cumplan, estas consecuencias pueden pautarse con el niño/a para que se sientan más responsables y, sobretodo, ser constantes y no exagerados.
Ejemplo: Si acordáis con vuestro hijo que cada vez que haya una falta de respeto o insulto se acuerda un fin de semana sin internet. A la hora de aplicar dicha consecuencia es posible que el preadolescente se enfade mucho, pese a que él ya sabía cuál era la consecuencia, y entonces siga insultando y faltando al respeto porque está muy enfadado. En este caso, no se aconseja que subamos el “castigo”, subir a dos fines de semana y así, seguir…..solo hará que os quedéis sin fines de semana. Nuestro consejo es que, una vez aplicada la consecuencia en la medida acordada, dejemos que el chico/a se desahogue porque ya sabe que está castigado y eso es lo importante.
Mucha paciencia, alta dosis de comprensión y por supuesto, mucho cariño.